¿Qué es un suelo sano?
La salud de los suelos se ha definido con la capacidad de funcionar como un sistema vivo.Es un recurso natural muy importante para el desarrollo de los cultivos, la seguridad alimentaria y es vital para todo ser vivo que habita este planeta. Los suelos mantienen a una gran cantidad de microorganismos que ayudan a controlar enfermedades, insectos y malezas, forman asociaciones benéficas con las raíces, reciclan nutrientes esenciales para las plantas, mejoran la estructura del suelo brindando mayor retención de agua y
nutrientes, y en última instancia, mejoran la producción agrícola.
Es muy importante entender que la disponibilidad de los alimentos depende en gran parte de los suelos, por lo que los alimentos nutritivos, de buena calidad, así como el forraje para los animales sólo pueden producirse si los suelos están sanos. Dicho esto, un suelo sano y vivo es nuestro aliado crucial para la seguridad alimentaria y la nutrición.
¿Qué está pasando con nuestro suelo en la actualidad?
En los últimos 50 años, los avances en la tecnología agrícola han tenido como objetivo impulsar la seguridad alimentaria mundial. Sin embargo, las prácticas de producción agrícola actual basadas en labranza excesiva, combinadas con el retiro o quema de residuos del cultivo, y la aplicación excesiva de productos químicos han incrementado la pérdida de suelo por erosión y han provocado una rápida degradación que conlleva a una disminución en la fertilidad de los suelos. Esta degradación del suelo es una situación alarmante para el sector agrícola, ya que se extiende en alrededor de un 92% del territorio nacional, lo que pone en riesgo la productividad de la tierra y un aumento en los costos de producción.
¿Cómo podemos promover un manejo sustentable de nuestros suelos?
Existen diversos enfoques agrícolas que promueven un manejo sustentable con la finalidad de mejorar la fertilidad y productividad de los suelos. Estas son algunas de las soluciones para evitar o mejorar la conservación del suelo:
Sistemas de policultivos
Es una estrategia tradicional para promover la generación de una alimentación diversa, estabilidad en la producción, disponibilidad de nitrógeno, reducción de los riesgos al mínimo, disminución de plagas y enfermedades, uso eficaz de la mano de obra y aumento al máximo de la rentabilidad.
Cultivos de cobertura y utilización de acolchado
Es una técnica de sembrar plantas herbáceas perennes en cultivos mezclados para cubrir el suelo durante todo o parte del año. Algunos de los cultivos más utilizados son las leguminosas y cereales y ayudan a fijar nutrientes, mejorar la estructura del suelo y disminuir la erosión.
Rotación de cultivos
Es una técnica que consiste en la siembra sucesiva de diferentes cultivos con distintas necesidades nutricionales en un mismo terreno, siguiendo un orden definido. Esta técnica tiene el enorme beneficio de disminuir plagas y enfermedades, ya que al haber un cambio de hábitat su ciclo de vida se interrumpe, además de permitir una distribución adecuada de los nutrientes.
Labranza mínima o cero
Se mantiene una cubierta orgánica permanente o semipermanente que protege al suelo del sol, la lluvia y el viento y permite a los microorganismos y a la fauna del suelo equilibrar los nutrientes, procesos naturales alterados por la labranza mecánica.
Sistemas agroforestales
Es un tipo de manejo en el que se integran especies de árboles en conjunto con la producción agrícola. Este tipo de sistemas ayudan a tener una cobertura permanente contra la erosión del suelo y además actúan como un almacén de agua, donde se benefician directamente los cultivos.
Manejo integrado de plagas
Este tipo de manejo incorpora diversas técnicas de control de plagas en la que se apoya primero del control biológico y como último recurso el uso de plaguicidas. Aquí se integra la determinación del “umbral ecológico de daño” para no anticiparse a aplicar innecesariamente productos.
¿Cómo ayuda BIOFOM al suelo de nuestros cultivos?
El suelo es un vasto universo donde están sucediendo interacciones simultáneas entre las raíces de las plantas y los microorganismos. Es en la rizósfera, la zona del suelo más cercana a las raíces de las plantas, donde se encuentra la mayor diversidad microbiológica. Si bien el suelo puede ser nuestro aliado para tener una planta sana, también puede estar perjudicando la manera en que se expresa nuestro cultivo en términos de crecimiento, sanidad vegetal y producción con las aplicaciones excesivas de químicos.
Estas pueden provocar una modificación de las comunidades microbianas que hay en la rizósfera y que exista un desequilibrio donde comiencen a manifestarse microorganismos patógenos. Al haber un desequilibrio en el microbioma del suelo comienzan a manifestarse problemas que solemos ver como enfermedades y deficiencias en la absorción de nutrientes. Cuando esto ocurre tenemos que replantearnos la manera en que estamos nutriendo a nuestro cultivo, ya que quizás sólo nos estamos enfocando en la nutrición mineral, en aportar un exceso de nutrientes que la planta no puede absorber por sí sola y que terminan atrapados en el suelo o convertidos en residuos.
Es aquí donde el sistema de nutrición vegetal de BIOFOM entra en acción, gracias a la comunidad de microorganismos que contiene permiten un flujo cíclico de nutrientes más eficiente que benefician el crecimiento vegetal y salud de la planta. Además, garantizan que los elementos orgánicos y minerales que están presentes en el producto, al entrar en contacto con el suelo se asimilen en un 100% por las plantas sin dejar residuos. La fertilidad del suelo está dada por las comunidades microbianas benéficas presentes en él que ayudan a su vez a tener una mejor estructura, por lo que al aplicar el sistema de nutrición estamos equilibrando el microbioma benéfico del suelo y regresando la fertilidad a nuestros suelos. Entre más aprendamos a trabajar con el microbioma del suelo podremos encontrar nuevas formas de agregar valor a la agricultura y volver a sus raíces biológicas y sustentables.
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